En 2022, los gastos tributarios (GTs) en Colombia representaron aproximadamente el 7.8% del PIB, desglosándose de la siguiente manera: el costo fiscal de estos gastos en el impuesto sobre la renta fue del 0.6% para personas naturales y del 1.5% para personas jurídicas. El otro 5.6% corresponde al IVA. Este total representa un aumento de 4 puntos porcentuales en comparación con el año anterior.
Este informe destaca la necesidad de revisar los GTs, una evaluación que ya era crucial antes de la pandemia, pero que se ha vuelto aún más urgente en el contexto post-COVID-19, dado su impacto en la desigualdad y en los ingresos estatales.
Transparencia: La información sobre GTs en Colombia no es detallada ni accesible para los ciudadanos o los investigadores. En algunos casos está dispersa o solo se dispone de información agregada, lo que dificulta su evaluación.
Escenario fiscal complejo: El sistema tributario colombiano es complejo, en parte, debido a las numerosas exenciones, exclusiones y deducciones especiales presentes en la regulación, lo que complejiza el cumplimiento tributario y el proceso de fiscalización y control.
Desafíos en la evaluación: Colombia no tenía definido su sistema de referencia (Benchmark) para la determinación del gasto tributario (GT). A mediados de 2024 se realizó el primer acercamiento a dicha definición para el impuesto sobre la renta y para el IVA, pero, al momento de este análisis no está disponible el informe desagregado. Sumado a ello, los beneficios tributarios no son objeto de una evaluación permanente y efectiva que permita determinar su pertinencia, lo que ha generado una acumulación de incentivos, muchas veces injustificados y que implican un elevado GT para el país.
Sostenibilidad fiscal: La capacidad del Estado colombiano para mantener unas finanzas saludables y cumplir con la regla fiscal se está viendo afectada por el escaso recaudo tributario. Esto se debe no solo al estancamiento de la economía sino, a la existencia de numerosos beneficios impositivos que conducen a un elevado GT que, solo en 2021 y 2022 representó 7.4% y 7.8% del PIB respectivamente.
Recomendaciones de política: en Colombia se requiere una reestructuración del sistema tributario para hacerlo más eficiente, sostenible y equitativo. Los beneficios tributarios se deben evaluar y, en ciertos casos, desmontar gradualmente con el fin de contribuir a la justicia tributaria y a la simplicidad del sistema.
En 2022, los gastos tributarios (GTs) en Colombia representaron aproximadamente el 7.8% del PIB, desglosándose de la siguiente manera: el costo fiscal de estos gastos en el impuesto sobre la renta fue del 0.6% para personas naturales y del 1.5% para personas jurídicas. El otro 5.6% corresponde al IVA. Este total representa un aumento de 4 puntos porcentuales en comparación con el año anterior.
Este informe destaca la necesidad de revisar los GTs, una evaluación que ya era crucial antes de la pandemia, pero que se ha vuelto aún más urgente en el contexto post-COVID-19, dado su impacto en la desigualdad y en los ingresos estatales.
Transparencia: La información sobre GTs en Colombia no es detallada ni accesible para los ciudadanos o los investigadores. En algunos casos está dispersa o solo se dispone de información agregada, lo que dificulta su evaluación.
Escenario fiscal complejo: El sistema tributario colombiano es complejo, en parte, debido a las numerosas exenciones, exclusiones y deducciones especiales presentes en la regulación, lo que complejiza el cumplimiento tributario y el proceso de fiscalización y control.
Desafíos en la evaluación: Colombia no tenía definido su sistema de referencia (Benchmark) para la determinación del gasto tributario (GT). A mediados de 2024 se realizó el primer acercamiento a dicha definición para el impuesto sobre la renta y para el IVA, pero, al momento de este análisis no está disponible el informe desagregado. Sumado a ello, los beneficios tributarios no son objeto de una evaluación permanente y efectiva que permita determinar su pertinencia, lo que ha generado una acumulación de incentivos, muchas veces injustificados y que implican un elevado GT para el país.
Sostenibilidad fiscal: La capacidad del Estado colombiano para mantener unas finanzas saludables y cumplir con la regla fiscal se está viendo afectada por el escaso recaudo tributario. Esto se debe no solo al estancamiento de la economía sino, a la existencia de numerosos beneficios impositivos que conducen a un elevado GT que, solo en 2021 y 2022 representó 7.4% y 7.8% del PIB respectivamente.
Recomendaciones de política: en Colombia se requiere una reestructuración del sistema tributario para hacerlo más eficiente, sostenible y equitativo. Los beneficios tributarios se deben evaluar y, en ciertos casos, desmontar gradualmente con el fin de contribuir a la justicia tributaria y a la simplicidad del sistema.
En 2022, los gastos tributarios (GTs) en Colombia representaron aproximadamente el 7.8% del PIB, desglosándose de la siguiente manera: el costo fiscal de estos gastos en el impuesto sobre la renta fue del 0.6% para personas naturales y del 1.5% para personas jurídicas. El otro 5.6% corresponde al IVA. Este total representa un aumento de 4 puntos porcentuales en comparación con el año anterior.
Este informe destaca la necesidad de revisar los GTs, una evaluación que ya era crucial antes de la pandemia, pero que se ha vuelto aún más urgente en el contexto post-COVID-19, dado su impacto en la desigualdad y en los ingresos estatales.
Transparencia: La información sobre GTs en Colombia no es detallada ni accesible para los ciudadanos o los investigadores. En algunos casos está dispersa o solo se dispone de información agregada, lo que dificulta su evaluación.
Escenario fiscal complejo: El sistema tributario colombiano es complejo, en parte, debido a las numerosas exenciones, exclusiones y deducciones especiales presentes en la regulación, lo que complejiza el cumplimiento tributario y el proceso de fiscalización y control.
Desafíos en la evaluación: Colombia no tenía definido su sistema de referencia (Benchmark) para la determinación del gasto tributario (GT). A mediados de 2024 se realizó el primer acercamiento a dicha definición para el impuesto sobre la renta y para el IVA, pero, al momento de este análisis no está disponible el informe desagregado. Sumado a ello, los beneficios tributarios no son objeto de una evaluación permanente y efectiva que permita determinar su pertinencia, lo que ha generado una acumulación de incentivos, muchas veces injustificados y que implican un elevado GT para el país.
Sostenibilidad fiscal: La capacidad del Estado colombiano para mantener unas finanzas saludables y cumplir con la regla fiscal se está viendo afectada por el escaso recaudo tributario. Esto se debe no solo al estancamiento de la economía sino, a la existencia de numerosos beneficios impositivos que conducen a un elevado GT que, solo en 2021 y 2022 representó 7.4% y 7.8% del PIB respectivamente.
Recomendaciones de política: en Colombia se requiere una reestructuración del sistema tributario para hacerlo más eficiente, sostenible y equitativo. Los beneficios tributarios se deben evaluar y, en ciertos casos, desmontar gradualmente con el fin de contribuir a la justicia tributaria y a la simplicidad del sistema.
From 8 to 12 September 2025, in Sremska Kamenica (Serbia), the OSCE Transnational Threats Department/Strategic Police Matters Unit (TNTD/SPMU) organized a series of basic training courses on gender-responsive policing for violence against women and girls, in co-operation with the Basic Police Training Centre under the Ministry of the Interior of Serbia and the OSCE Mission to Serbia.
Over the course of one week, ten training sessions reached 656 police cadets, equipping future law enforcement professionals with the knowledge and skills to respond effectively to cases of gender-based violence. The training emphasized a victim-centred and trauma-informed approach, highlighting the responsibilities of police to act with professionalism, empathy and respect for victims’ rights.
Based on the OSCE state-of-the-art curriculum on gender-responsive policing and delivered by national experts from law enforcement, the prosecution, social services, and civil society sector, the training addressed the root causes of gender-based violence, coercive control, and common myths and misconceptions. Sessions also covered the neurobiology of trauma, legal and institutional frameworks, risk assessment, victim safety and protection, and the importance of interagency co-operation.
To complement classroom sessions, the training course featured the theatre performance of “Lullaby Goodbye”, which dramatizes the real-life experience of a victim of online gender-based violence, raising awareness of this increasingly prevalent form of abuse.
The initiative was implemented as part of the OSCE efforts to promote gender-responsive policing and within the TNTD/SPMU project, “Enhancing Criminal Justice Capacities for Combating Gender-based Violence in South-Eastern Europe”, with the financial support from Austria, Finland, France, Germany, Italy and Norway.